Nuestra sociedad tiene aspectos culturales, estructurales y de organización social que pueden impedir el desarrollo sano de las personas y su bienestar. Aspectos como la discriminación, los estigmas y prejuicios, la competitividad, el individualismo, el descuido de grupos vulnerables, la hostilidad en el diálogo público, entre otras cosas, son elementos que impactan la salud mental de las personas y de la sociedad en su conjunto. Estos procesos deben ser estudiados para aportar conocimiento sobre su impacto y sensibilizar a la sociedad sobre ellos y generar cambio cultural.