Senado aprueba Ley de Salud Mental

Por José T. Musalem
Este proyecto de ley, que fue impulsado por diputados diversos sectores políticos, se encontraba en la Cámara Alta desde octubre de 2017.
El pasado martes, en la Cámara del Senado, fue aprobado con modificaciones el proyecto de ley que busca proteger y garantizar los derechos de las personas afectadas por trastornos mentales y discapacidad psicológica o intelectual. La moción responde al preocupante estado de la salud mental en nuestro país, situación que se ha agudizado por la pandemia de Covid-19.
Previo a su oficialización como ley, el Ministro de Salud, Enrique Paris, se refirió al proyecto, señalando que “esta es una ley que tiene por finalidad reconocer la libertad personal y la integridad física de las personas que sufren una enfermedad mental o que viven con una discapacidad”.
La moción, que había sido propuesta en 2016 por diputados y diputadas de todos los sectores, incluye cambios en la Constitución y en más de seis leyes, para la defensa de los derechos de la gente que sufre de condiciones psicológicas e intelectuales y de sus familias, ya que muchas veces se pasan por alto sus libertades y se realizan tratamientos y prácticas sin consentimiento del paciente o la persona a cargo.
A pesar de haber sido bien valorado y calificado por los expertos como necesario, el proyecto no se ha visto exento de críticas. En palabras de Ricardo Musalem, psicólogo y director de la agencia de salud mental Allegro, “aprobar este proyecto en el contexto actual es más importante que nunca, pero debe considerarse un concepto de salud mental amplio, con un enfoque bio psicosocial y no solamente bajo la perspectiva de los trastornos psiquiátricos”.
Musalem señala que “se ha tendido a confundir salud mental con cuadros psiquiátricos, como si salud mental baja fuera señal de patología”, y agrega: “Eso es un error conceptual. Hay personas que pueden estar cursando un cuadro clínico que, si está bien tratado y compensado, pueden tener una muy buena salud mental”.
Para el experto, la salud mental no es un aspecto exclusivo de la vida privada, sino que todos debemos hacernos cargo del desafío que esto implica. “La salud mental de la sociedad entera dependerá de un cambio de paradigma, hacia uno en el que se priorice la interdependencia positiva y la comunalidad de metas y objetivos, por sobre ensalzar la competitividad, el individualismo o el culto al éxito”, concluyó.